¿Quiénes son?

¿Quiénes son? Se preguntará usted si abre mi Blog y ve de primer impacto esta fotografía con un grupo de personas que no presentan ningún tipo de discapacidad, pero sí con una capacidad inmensa de amor por su trabajo.

Y ¿cuál es ese trabajo?


El único hombre de la foto, Pedro Segui, es el administrador y máximo responsable del control de los recursos financieros y materiales y de cómo se invierten en la provincia en las 13 direcciones municipales donde radica cada filial de la Asociación Nacional de  Ciegos, porque cada año el Estado dispone para las asociaciones de discapacitados un presupuesto para sus actividades encaminadas en reinsertarlos en la sociedad y sus distintas esferas.

También aparecen en la foto Oderay Garrido y Yunieska González, las que se ocupan de los departamentos de cuadros y de los recursos humanos.

Por la secretaría de Organización de la ANCI Provincial, se encuentra en la foto Oribel Navarro que es la encargada de toda la documentación de la membresía del territorio y de los archivos y trámites.

Y una cuarta fémina fotografiada que tiene que ver con la contabilidad es Irene Odalys Herrera, una de las más antiguas trabajadoras de la Asociación.

No sólo en el local de la ANCI radicado en la calle Popular no. 107 una de las vías más céntricas de nuestra ciudad, labora este grupo que se encontraba allí cuando nuestro fotógrafo Otilio, lo captó con su cámara, también está Ivania Herrera, que es la secretaria ejecutiva de la presidencia en la provincia, y en la importante función de cajera se encuentra Elsi Zaldívar. No podemos olvidar a la más joven de todas, Oderay Garrido, la que recibe con una sonrisa a todo el que llega y orienta hacia dónde encaminar los pasos.

Junto con ellos contribuye a facilitar el quehacer del día a día, Angel Pérez, el chofer y para cuidar de todos los bienes, los tres miembros de la seguridad interna: Joaquín Fonseca y su hijo del mismo nombre e Idearty Allen.

Para que todo el local de la Asociación esté brillante, las manos de Mercedes Cepero, una señora muy dispuesta siempre a mantener la limpieza más absoluta en cada oficina.

Creo que no se me ha escapado nadie del colectivo que labora en el local de la Asociación cuyo propósito es hacer un poco más feliz a las decenas y decenas de personas que con una voluntad muy especial insisten en encontrar el dulce de la vida a pesar de la ausencia de una luz que se apagó injustamente.

Y como me dijo alguien del grupo: “Somos un poco los ojos de ellos, con el orgullo de servirles a quienes día a día se convierten en testimonios, en ejemplos de la grandeza del ser humano ante las dificultades. Ellos no se rinden y eso es inmedible”.   

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