Se puede ser útil de muchas maneras cuando la integridad física de alguien ha sufrido algún trastorno, el ejemplo siguiente lo demuestra.
“Mi nombre es Otto Vélez Pérez tengo 36 años de edad pero desde pequeño perdí la audición por eso mi madre, como trabajaba, me llevaba al círculo infantil especial para niños con alguna discapacidad.
“Cuando terminé la secundaria proseguí mis estudios mediante la Facultad Obrera Campesina, porque en esos años no había todavía continuidad de estudios como ahora, que las personas con limitaciones físicas sí pueden seguir superándose mediante la Universidad.
“En ese tiempo no había el desarrollo de la formación de intérpretes como ahora que hay cursos en el nivel medio para el estudio y la graduación de jóvenes que nos ayuden a derribar los muros de la incomunicación.
“Yo aprendí el lenguaje de señas desde pequeño y me dí cuenta de la necesidad de perfeccionar esta vía por eso acepté el cargo a nivel nacional de la comunicación, luego se fue formando el personal en la capital del país y pasé a ocupar ese mismo cargo pero en la zona central de la isla.
“Actualmente formo parte de la Comisión Nacional de la Lengua de Señas Cubana y del Grupo de Investigación de la Lengua de Señas, la que asume el trabajo de perfeccionarla desde todos los puntos de vistas en su metodología y enriquecimiento, así como en la creación de una bibliografia.
“Ya hemos realizados algunos trabajos y hemos recibido premios por sus aportes.
“Por otra parte te diré que soy el primer graduado en la Licenciatura en Defectología, y por suerte hoy hay otros jóvenes que estudian en la Universidad Pedagógica de nuestra ciudad.
“Qué si me siento útil, por supuesto y no sólo es así por mi voluntad, sino porque he recibido el apoyo de mis padres y por supuesto de esta asociación que es tan maravillosa.”
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