Madre, la capacidad más grande


De todos los derechos de una mujer, el más grande es ser madre y sólo se renuncia cuando la vida lo impide, sin embargo el amor de una madre no contempla lo imposible y por eso muchas veces el muro de la discapacitad se rompe para que brote de las entrañas de una mujer la flor de la vida convertida en hijo y luego, en fruto cultivado por ese amor que se impuso por sobre las sombras de la visión, el silencio auditivo o los impedimentos físico motores.


A estas mujeres llenas de luz, del llanto del hijo o su amor dedico este blog en este mayo lleno de primaveras, de lluvias y de nuevos soles porque ellas, como el resto de las madres, aman con el corazón, y sus impedimentos quedan atrás, debilitados ante el amor de sus hijos.

Para ellas el regalo de ser madres se convierte en el triunfo más grande de la vida, en la rosa roja que nunca se marchita como símbolo eterno del amor de sus hijos y el logro de sus sueños.

Ser madres y recibir el abrazo del hijo o de la hija para ellas se convierte en su capacidad más grande, que es la capacidad con la que la Naturaleza las dotó como a todas las madres del mundo.

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