Síndrome
de Down, autismo, parálisis cerebral, discapacidades físico
motoras. Escribir o hablar de estos padecimientos causan no sé
cuántos sentimientos de todo tipo, más cuando son los niños los
que las padecen y todavía, es más doloroso, cuando estas dolencias
son incurables y la vida se torna un sufrimiento para la familia.
No
hay medicamentos para su curación, sin embargo hay algo poderoso e
indestructible: el amor, el que junto con la voluntad son capaces de
mitigar el dolor y el sufrimiento.
Y
allí estaban las madres, profesores de escuelas especiales,
especialistas de Salud Pública para contar sus experiencias y la
importancia de la ayuda a la familia, pero en especial a la madre que
es la que, por lo general lleva casi todo el peso del hijo enfermo
sobre sus espaldas.