Humberto es de los que le dan vida a la vida



María Socarrás Hernández
A la voluntad, maravillosa actitud ante la vida para derribar muros y escalar montañas repletas de obstáculos, caer y levantarse una y mil veces a pesar no sólo de las limitaciones físicas, sino de esa otra limitación de la que aún el ser humano no ha encontrado la fórmula para detener: la vejez, también le dedicamos un espacio en nuestro Blog.
Sí,  esos hombres y mujeres que han decidido continuar el poco camino que les queda por recorrer con la voluntad de no dejarse dominar por las apatías, las dolencias, las energías que se debilitan y con ellas una vista que se debilita y un  andar de pasos cortos  merecen ser conocidos, porque ellos buscan proseguir dándole vida a la vida.
Y un ejemplo que traemos es el de Humberto Suárez Diez, el que con sus 72 años de edad no concibe su realidad cotidiana si no es con esa condición de artesano que le ha permitido convertirse en una verdadera autoridad en el trabajo con conchas, careyes, caracoles, gorgonia y otras.
Mi primer oficio fue el de relojero, el que inicié muy joven porque tenía que ayudar a la economía del hogar. Mi maestro, el que nunca olvido por todo lo que me enseñó, fue un español y gracias a estos conocimientos adquirí precisión, delicadeza y paciencia.
Con el tiempo laboré en varios lugares, aprendí la tecnología del sonido  y las maravillas de la artesanía porque estuve muchos años en la Empresa de Industrias Locales como diseñador.
En esa entidad fui aprendiendo y con el tiempo adquirí conocimientos de pulidor, tornero, electricistas, soldador y joyero que me ayudaron a dominar las técnicas para convertir hasta la más pequeña concha, caracol o un pedacito de esas maravillas en un objeto artístico.
Humberto me enseña muestrarios, fotos  y una maravillosa colección de objetos de todos los tamaños, incluso con iluminación interna gracias a sus conocimientos de electricidad.
Uno de los más famosos artistas de la plástica en Camagüey y en el país, Nazario Zalazar escribió en un plegable a propósito de una exposición de bisutería marina y orfebrería de Humberto, que en cuanto a la técnica, ésta se palpa en la presencia de las habilidades en cuanto a la creatividad en las soluciones del lapidario u orfebre, la precisión del relojero en el producto artístico son decididamente manifiestas: emsamblajes, talla, pulimentación, esgrafiado, incrustaciones de nácar y metales preciosos.
Incluso, en un trabajo periodístico aparecido el 30 de junio de 1990 en el diario Adelante de Camagüey redactado por Zalazar sobre Humberto y su obra artística lo titula Relojero del mar con motivo de la exposición personal en un museo de la localidad.
El 21 de enero de 1986 aparece publicado en el periódico nacional Juventud Rebelde un reportaje sobre Humberto, cuando laboraba en la Industria Local en el departamento de artesanía y su interés y dedicación porque se valorizara la belleza que se podía extraer de estos productos del mar.
Pienso que de una forma controlada y bien dirigida, me expresa, estos recursos pueden general divisa para el país.
Humberto es un hombre incansable y a pesar de sus más de siete décadas afirma que la vida es una verdadera oportunidad que no puede pasar inadvertida y por eso trató de aprovecharla y se hizo judoca y juega el ajedrez.
Me siento vivo y por eso soy incansable y hasta el final haré todo lo posible para que esos recursos sean aprovechados cuidadosamente y sean admirados por su belleza y por lo que les pueda aportar a mi querido país. 






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