El Bien Estar



Cuando el tiempo transcurre y la acumulación de los años es la principal protagonista en nuestras vidas la familia comienza a desvanecerse y los espacios se van agrandando para quedar solos o con reducidas compañías, 

 
Es entonces que se comienza la proyección hacia un acercamiento de mayores dimensiones hacia la sociedad y aquí empezamos nuestra historia.
Hará unos siete años un grupo de personas de la tercera edad concluyó la Universidad del adulto mayor, sin embargo sus integrantes no se conformaron.
Nace entonces la idea de crear el Grupo del Bien Estar y uno de los profesores acogió continuar como guía del colectivo.
Todos los viernes, nos cuenta el licenciado Roberto Ponce, profesor de la Universidad de Ciencias Médicas “Carlos Finlay” de Camagüey, decidimos reunirnos para no perder ese hábito de continuar aprendiendo y querer saber lo nuevo o simplemente recordar las cosas que se nos olvidan con el tiempo, por la edad.

Todos los viernes nos encontramos en el patio de la casa de uno de los patriotas más importantes de nuestra provincia y del país y uno de los iniciadores en 1868 de la Guerra de Independencia, hoy museo Casa Natal de Ignacio Agramonte.
Nuestro grupo, en su mayoría mujeres, se ha propuesto que cada viernes sea un momento para mejorar nuestra salud no sólo física sino mental porque es el espacio para conversar, de intercambiar ideas, de ver a los amistades, de estar o no de acuerdo con estos o aquello porque la diversidad es el enriquecimiento del individuo.

Quizás parezca fácil que cada día de la semana nos citemos, pero no es así, porque es necesaria la voluntad de quienes tienen ya una edad de dolores y de tareas hogareñas, así como de vivir algunos de ellos, lejos del centro de la ciudad.
Pero nuestro Bien Estar no se conforma con la cita semanal, allí se forjan planes que unen más al grupo con diferentes actividades recreativas, como ir a restoranes, celebrar el Día de las Madres o el Día de la Mujer, o el fin del año y el 14 de febrero, entre otros.
Pienso que cuando se llega a la tercera edad, incluso, sin llegar a esta etapa pero ya no ser tan joven, las personas necesitan del grupo, porque ésta da fuerzas y aviva el interés. Tenemos a profesionales retirados, pero también a amas de casa y otros.
Y ello es gracias a la voluntad, a ese poder tan grande que mueve al mundo.


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