Traigo a mi página a nuestro Héroe Nacional, José Martí Pérez, porque para los cubanos es el principal paradigma de voluntad y sacrificio, bases fundamentales en las que se apoyó para iniciar un camino repleto de escollos y con la incertidumbre de las incomprensiones, pero con la certeza de que la independencia de la patria tenía que lograrse.
Fue un hombre marcado por las injusticias de la vida, sin embargo supo sobreponerse a ellas cuando lo castigaron con las deportaciones, la pobreza, la envidia, el alejamiento de su único hijo, una esposa que no supo situarse a su altura y una salud que se debilitaba constantemente.
Pero su disciplina y esa voluntad de hierro que lo caracterizaron, rompieron las barreras de la lejanía impuesta y las mil dificultades que se interponían en su camino para reiniciar la lucha contra el colonialismo español.
Este 28 de enero, se cumplen 160 años del nacimiento de José Martí, del hombre que colocó el deber como primer principio de su vida aunque tuviera que enfrentar todos los sacrificios que esta le imponía.
Pero también la voluntad se convirtió en su eterna acompañante y tenía que ser así, para poder enfrentar ese eterno ir y venir de un país a otro, para lograr la unificación, para conseguir las condiciones materiales y arribar a la meta.
Y de esa voluntad se deriva el sacrificio para él, pero de una forma oportuna porque como expresó: “Saberse sacrificar es el precio del éxito durable en todo”.
Era un hombre de excepcional capacidad y de una sensibilidad singular para que el dolor ajeno se alojara en su interior por eso para él, el sacrificio, cuando tenía que hacerse, se convertía en un “placer sublime y penetrante”.
A este cubano de estatura inigualable le dedico también un espacio en mi blog donde la voluntad, la disciplina y el sacrificio han hecho posible que el ser humano vuele sin alas, camine en la oscuridad sin tropezar y escuche el sonido del silencio.
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