Gerardo Alfonso, un ¡VIVA, para ti!



Gerardo Alfonso es un artista cubano, cantante y autor. Uno de los jóvenes más conocidos de la llamada nueva trova con una sólida obra que lo sitúa en la preferencia del público, y que si usted lo busca en Google, allí aparecerá.
Gerardo ha sabido llevar a su música la savia añeja de la ciudad de la Habana, con una canción que quizás es la más conocida de él por los cubanos, porque fue el tema del programa de televisión “Andar La Habana” donde comparecía el doctor Eusebio Leal, Historiador de la capital cubana. Se trata de “Sábanas blancas colgadas en los balcones”.
El compositor ha demostrado sin lugar a dudas, una gran sensibilidad pero quedé muy impresionada con una muestra de un humanismo tremendo cuando este 8 de octubre dio a conocer en el programa Piso 6 de la TV Cubana su trabajo con un grupo de discapacitados.

Con más protagonismo cada año



Este 3 de diciembre ya no es el mismo ni del pasado año y mucho menos de hace un lustro para las personas discapacitadas porque cada día su presencia se asoma cada vez más a la sociedad mundial.
Por eso este Día Internacional del Discapacitado cobra un nuevo espíritu en el sentir humano y el reconocimiento de que las personas siempre van a encontrar una luz al final del túnel y un nuevo empezar sin importar las caídas sufridas en la vida.
Es una realidad que todavía falta camino para que la comprensión de los llamados no discapacitados abran todas las puertas de la inclusión y las oportunidades a los que la vida y el mismo ser humano convierten en discapacitados, pero también es palpable que se va ganando terreno para que la discriminación y la subestimación se debiliten.
La cultura y el deporte son los espacios que más se han abierto para acoger a estas personas y brindarles las oportunidades de dar riendas sueltas a las capacidades que en otros momentos de su vida estaban ocultas.

Para no correr delante del cazador

 Hace poco y por casualidad, vi por la televisión un interesante trabajo de un grupo de personas que se preocupan pero más que todo, se ocupan de cómo descubrir a esos perversos seres que han involucionado y se dedican a utilizar las tecnologías para dar riendas sueltas a lo más primitivo del ser humano: la complacencia sexual, pero no con personas adultas, sino con niños y niñas.
Resulta que gracias, precisamente, a la tecnología digital, crearon niños, los que en vez de ser cazados se convirtieron en cazadores de abusadores y así pudieron descubrir a unos cuantos desalmados, los que fueron apresados.
Sin embargo, muchos otros quedaron impunes, debido a la carente o débil política de los Estados para impedir esta práctica tan sucia e indigna.