Este 3
de diciembre ya no es el mismo ni del pasado año y mucho menos de
hace un lustro para las personas discapacitadas porque cada día su
presencia se asoma cada vez más a la sociedad mundial.
Por eso
este Día Internacional del Discapacitado cobra un nuevo espíritu en
el sentir humano y el reconocimiento de que las personas siempre van
a encontrar una luz al final del túnel y un nuevo empezar sin
importar las caídas sufridas en la vida.
Es una
realidad que todavía falta camino para que la comprensión de los
llamados no discapacitados abran todas las puertas de la inclusión
y las oportunidades a los que la vida y el mismo ser humano
convierten en discapacitados, pero también es palpable que se va
ganando terreno para que la discriminación y la subestimación se
debiliten.
La
cultura y el deporte son los espacios que más se han abierto para
acoger a estas personas y brindarles las oportunidades de dar riendas
sueltas a las capacidades que en otros momentos de su vida estaban
ocultas.
Brillantes
deportistas, e iguales artistas han llegado a los escalones de
mayores reconocimientos y han demostrado que la fuerza de la voluntad
es la “rueda” capaz de arrastar hasta la roca más grande del
mundo.
Pero
también en otras profesiones el discapacitado ha dado pruebas de su
inteligencia, de sus habilidades, de su disciplina y amor y
demostrado que siempre la fuerza de la voluntad es la que conduce al
hombre a ser cada día más dueño de su futuro.
Por eso
cada 3 de diciembre futuro será un escalón de triunfos y de mayor
integración a la sociedad, pero para ello siempre será necesario
que los OTROS, borren todas las huellas de la incomprensión y sitúen
en su lugar más amor, más confraternidad y más humanismo.
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