¿Qué es la felicidad?
“Cuando hace cuatro años me operaron de la cadera derecha y mis piernas quedaron disparejas me sentí muy infeliz. No podía caminar bien. Me costaba trabajo acostumbrarme a mi nueva situación y la tristeza me invadía”.
Así me contestó María Victoria Martínez Cuesta, una camagüeyana que supo transformar su tristeza en la satisfacción de sentirse útil para los demás.
“Ahora soy miembro de la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores (ACLIFIM) y se lo debo a Rosa María la Rosa, presidenta de esta organización.
“Hace tiempo somos amigas y un día me dijo que la ayudara en las tareas de la Asociación, que me iba a sentir bien porque estar siempre dentro de las cuatro paredes de mi casa no me ayudaba para nada. Y aquí estoy desde hace casi cuatro años”.
“He aprendido a valorar la gran voluntad de muchos de los discapacitados. Personas con situaciones físicas muy complejas. Aunque no me gustan las comparaciones me sentí egoísta cuando conocí a compañeros de la ACLIFIM que atraviesan situaciones realmente difíciles con estado físico muy complejo.
“En el transcurso de este tiempo he aprendido mucho y hasta mi familia se involucra conmigo para ayudar a la Asociación.
Mi esposo, mi hija y mi hijo son médicos y colaboran mucho en la casa para que yo me dedique también a las tareas de atención a la membresía de la Asociación.
“Por eso si me preguntaras si me considero feliz te respondería: ¿Cómo no voy a serlo después de lo que te he contado? Claro, cada uno posee un cocepto diferente de la felicidad, pero yo te diría que hay personas que poseen no sé cuantos bienes materiales y no son felices. Creo que la primera condición para serlo, es sentirse útil y contar con el apoyo de la familia”.
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