Lo mismo sucede con las prótesis para suplir partes del cuerpo, con las sillas de ruedas con motores fáciles de manejar por personas discpacitadas que les permiten permanecer activas laboralmente o simplemente para trasladarse de un lado a otro sin grandes problemas.
El estrecho enlace entre ciencia y técnica hace posible que hasta permaneciendo en una cama o con poco movimiento para ir o venir en un lugar, una persona discapacitada se beneficie y mejore en gran medida sus limitaciones y su calidad de vida aumente.
Y qué decir de los que por enfermedades, por accidentes o porque nacieron así, el sentido del oído no les funciene total o parcialmente. A ellos también los equipos inventados por el hombre les permiten sentir las vibraciones de las vida y las palpitaciones del amor.
Diferentes equipos logrados por el empeño humano acortan el mundo del silencio y enlacen el sonido con el sordo o el hipoacúsico.
De ahi que hoy uno de los grandes logros de la cienica y su hermana la técnica se estrechan en fuerte hermandad para lograr los implantes cocleares y devolver el sonido a las personas que lo perdieron o que no lo conocen.
Pero estos logros son muy caros y díficiles de obtener por Cuba porque un país como los Estados Unidos, desde hace varias décadas, impide con su bloqueo económico, comercial y financiero que la isla caribeña los compre allí, en terceros países.

No obstante, Cuba con grandes sacrificios, realiza actualmente implantes cocleares, y de acuerdo con las posibilidades económicas, busca soluciones para que las personas con limitaciones físicas cuenten con recursos que faciliten su integración a la comunidad y por consiguiente, a la vida útil.
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