Los que le VEN a la vida las rosas y no las espinas

Junto con la música la alegría estuvo presente en el segundo Festival Musical de la ANCI, porque no podía ser de otra manera cuando amigos y amigas se encuentran no sólo para cantar y dar muestras de actitudes y aptitudes, sino para intercambiar experiencias, para conocer ámbitos nuevos y hasta pasear y ver lo que sucede en otra parte del país.


Fueron aficionados de cinco provincias cubanas que se dieron cita aquí en Camagüey para competir en buena lid entre los territorios de Villa Clara, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Ciego de Ávila y la sede, Camagüey.

Dúos, tríos, solistas, conjuntos, instrumentistas, trovadores y repentistas se dieron cita en el teatro Principal de esta ciudad, y para los que no conocen a Camagüey les diré que este teatro es como su nombre lo indica el más importante, aunque hay otros muy buenos.

Allí concursaron personas sin visión y otras con baja visión pero nada de eso importó porque demostraron que la carencia de luz en sus ojos no impide irradiar la luz del empeño y la voluntad para captar los sonidos de las siete notas del pentagrama musical.

Difícil fue para el jurado decidir quién o quiénes eran los que sobresalían.

Y por fin se conocieron los premiados, en un ambiente lleno de canciones, de chistes, de risas y hubo menciones y menciones especiales, premio y un sólo primer lugar, que por cierto estuvo compartido entre la provincia anfitriona y la de Cienfuegos.

Resulta que el trovador Eliseo Saavedra de Camagüey ocupó el primer lugar junto con el grupo musicial Son de Cuba de Cienfuegos.

De las cinco provincias participantes descollaron Cienfuegos, Villa Clara y Ciego de Ávila.


Según pude conocer, al conversar con algunos participantes, se sintieron muy complacidos por la calidad del evento y las condiciones creadas por la sede para que todo fuera un éxito.

Lo único que falta por decir es que felicitamos a todos los participantes los que le ven a la vida las rosas y no las espinas.