Foto: Orlando Durán
“Este taller especial, el más grande de Camagüey por estar situado en la cabecera provincial, pertenece a la Industria Local, y yo trabajaba en la parte de suministros a las diferentes entidades que dirige esta empresa. Hace casi dos años me propusieron la dirección administrativa del taller y lo acepté. Sabía que no era fácil porque trabajar con discapacitados con diferentes niveles es un poco complejo”.
-Tengo frente a mi a Adolfo Zayas Sánchez, actual administrador del taller especial, a cada rato el teléfono interrumpe nuestra conversación, o viene alguno de los trabajadores para consultarle algo sobre la producción. En todos se refleja respeto pero también afecto hacia quien los dirige. ¿Por qué?.
“Lo primero que hice fue irlos conociéndo a cada uno porque aquí somos pocos. Supe así sus punto débiles, sus defectos y cualidades y me los he ido ganando con mucha paciencia y comprensión.
“En estos casi dos años que trabajo aquí he aprendido mucho de las discapacidades y sus efectos pero más que todo de las potencialidades del ser humano cuando se propone alzarse ante las dificultades.
“He tratado de que las relaciones entre ellos y yo no sean las de jefe y subordinados, sino las de una gran familia y por eso hasta he involucrado a mi esposa y mis hijas. Y me ha ido muy bien hasta ahora.
“Trabajamos pero también los fines de mes efectuamos una pequeña fiesta al final de la jornada para festejar los cumpleaños de la etapa y para que veas una de ellas, te invitamos a la que estamos preparando en estos momentos”.
-Todo el colectivo estaba en el patio del taller, con sillas de ruedas, bastones o con la apariencia de no padecer de nada, conversando, riendo, haciendo chistes, pero todos felices.
“Se presentaron los que cumplían años, se repartieron regalos, se tomó primero una deliciosa caldosa y más tarde llegó el plato fuerte del almuerzo. Al final retomé el diálogo con Zayas”.
“Son dignos de admiración, dije”.
- Es difícil padecer de algo, me respondió Zayas, o que nuestra integridad física no esté completa, es realmente doloroso, pero la voluntad del ser humano es tan grande que ese mismo ser humano se queda sorprendido y muchos discapacitados descubren potencialidades ocultas que son increíbles”.
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