Concluyeron, sin restar valor a las anteriores, los mejores Juegos Paralímpicos, los efectuados en Londres en este año del 2012.
Desde la apertura, que sin lugar a dudas, causó una singular admiración hasta el final, constituyen un magnífico ejemplo de cómo la intervención de las personas discapacitadas en la vida social y en especial en los deportes se va generalizando cada vez más con una comprensión humanista más que humanitaria del resto de las personas.
Esos hombres y mujeres que aprenden constantemente a romper los retos de la vida brindaron al mundo un espectáculo desbordante de la voluntad, de la disciplina y de los sacrificios que tuvieron que desplegar para acudir a la cita donde tendrían que demostrar que el ser humano está lleno de potencialidades por descubrir cada día.
Pero los Juegos Paralímpicos demostraron también la solidaridad y confraternidad de miles de individuos que se convirtieron en activistas para hacer posible transformaciones, adaptaciones y apoyo de todo tipo y lograr así la efectividad de cada competencia, del alojamiento y hasta de los detalles que pudieran parecer sin importancia pero que lograron hacer sentir satisfechos a los atletas y sus acompañantes.
Sin lugar a dudas todo lo anterior puede servir de experiencia a las próximas Paralimpiadas a efectuarse en Brasil, país que sin lugar a dudas pondrá su capacidad a prueba y el nombre de latinoamérica.
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