La capacidad más importante y la discapacidad más cruel

Se dice y se piensa que la discapacidad es lo contrario de capacidad pero ambos vocablos son suceptibles, en la  vida cotidiana, de las más variadas interpretaciones según las conveniencias de quienes apliquen el concepto.

Si acudimos al diccionario de la Real Academia Española encontramos que nos dice: “Persona que no puede realizar ciertas actividades debido a la alteración de sus funciones intelectuales y físicas”.

También pudimos saber que es un neologismo asentado en nuestro idioma formado por el calco del inglés disabled.

 El otro vocablo, capacidad, es amplio porque no sólo se limita a las personas, sino a las cosas en general, a la física y a aspectos jurídicos.


Así tenemos que es la propiedad de una cosa de contener otras dentro de ciertos límites (capacidad de una vasija o de un local).

En la física, se vincula con el volumen o a la magnitud de algo o a la carga de los condensadores.

En el tema jurídico se refiere a la aptitud legal para ser sujeto de derechos y obligaciones .

También es la aptitud para ejercer personalmente un derecho y el cumplimiento de una obligación.

Y una última acepción, según lo que expresa el diccionario de la Real Academia Española capacidad significa también: “Aptitud, talento, cualidad que dispone a alguien para el buen ejercicio de algo” esta la dejé para el final porque es el objetivo de nuestro trabajo.

“Aptitud, talento, cualidad que dispone a alguien para el buen ejercicio de algo”

O sea, que si vamos a analizar detalladamente este contenido y lo relacionamos con el de discapacidad no se contraponen porque sencillamente las medidas de las dificultades se convierten en las medidas de la capacidad.

Y lo anterior se relaciona con cualquier ser humano no sólo con el que le falta la vista o no oye, o sufre cualquier limitación física, sino porque también la sociedad impone retos y limitaciones de otra índole, como las económicas, las raciales, las de género y hasta las geográficas.

El deporte es un ejemplo harto elocuente, en el caso de los que deben o tienen que acudir con mayor fuerza que el resto de las personas  a la capacidad de poseer una voluntad o  una actittud muy especiales.

Capacidad de poseer una voluntad o una actitud muy especiales.

Esta es la capacidad a desarrollar más importante en una persona con ciertas alteraciones de sus funciones físicas o intelectuales.

Junto con ésta se encuentra también la capacidad de la familia de comprender, ayudar y mantener acciones que coadyuven a la felicidad y a la interacción con la comunidad de las personas con alguna limitación física o intelectual.

Pero hay una capacidad que rebasa el marco de la familia y es la intervención del Estado hacia este sector de la población, porque no se trata ya de individualidades sino de cifras  y la política gubernamental es la que puede decidir que las diferencias sociales no se convierten en el muro de contención para el desarrollo de esas otras capacidades personales que impedirían la exclusión.

Otra capacidad de primer orden se llama sociedad porque es ésta una de las primeras que debe abrir sus puertas a la solidaridad, al abrazo sincero, al apoyo continuo y recordar que no es la discapacidad la que hace difícil la vida, sino los pensamientos y acciones negativas de los demás porque la discriminación, la exclusión y hasta la lástima también se convierten en discapacidad.