Si vivimos en un mundo con tecnologías increíbles, desarrollo científico capaz de devolver la salud a millones de personas y viajes al espacio extraterrestre entonces, ¿por qué aumenta la incidencia de la discapacidad y la marginalidad?
Parece un mundo de gente loca, lleno de contradicciones. Se supone que si el ser humano es más civilizado, si ya no estamos en la época de las cavernas o en la edad media, o en cualquiera de las etapas donde el ser humano sufrió las más terribles consecuencias de la ignorancia, el atraso y el desconocimiento, y las epidemias se encargaron de arrasar con media humanidad, entonces en estos nuevos tiempos de progreso y de grandes avances de la ciencia y la técnica, las causas de las discapacidades disminuirían.
Pero parece que no es así, porque las guerras y las más diversas formas de violencia se mantienen, yo diría que hasta se perfeccionan, la pobreza está allí presente, las epidemias continúan, y se añaden los grandes movimientos de poblaciones o refugiados, los que según información de los organismos internacionales, alcanzan más de diez millones de personas.
El analfabetismo, esa gran muralla que aún se alza, incide en el aumento de las personas con discapacidad y obliga a las familias a vivir secuestradas por la ignorancia y por lo tanto, el desconocimiento hacia los servicios sociales y los educacionales.
Igualmente la falta de conocimiento sobre las causas, prevención y tratamiento, el ostracismo, la discriminación y las ideas absurdas inciden negativamente en estas personas.
Y no se acaban las causas y consecuencias de esta problemática porque entre estas se encuentran también los accidentes en las fábricas, medicamentos inadecuados, tratamientos equivocados, desastres naturales, así como la lejanía de los centros de salud y atención.
O sea, que aunque se avanza en el desarrollo de la civilización todavía prevalecen las condiciones para sufrir las discapacidades y encontrarlas al doblar de la esquina.
Por otro lado no se pueden olvidar aspectos relevantes dentro de esta problemática como son los grupos más vulnerables.
Las mujeres, los niños y los ancianos son precisamente los sectores más propensos y quisiéramos referirnos específicamente a las féminas.
Para nadie es un secreto que en una gran parte de nuestro planeta el sexo femenino es considerado como de segunda clase. Así tenemos en los puestos de trabajo el salario es inferior a la de los hombres. Por otro lado las oportunidades laborales no son las mismas y si de analfabetismo e ignorancia se trata son las que sufren más sus consecuencias.
Los extremos llegan hasta en la misma condición de mujer. En algunos países hasta físicamente son despojadas de su sensibilidad, en otras son tratadas como trapos de limpiar o colchas de trapear.
Si esta es la dura realidad de las mujeres con todas sus condiciones físicas, entonces, ¿cómo se tratan cuando poseen alguna discapacidad física?
En este mundo de incoherencias, injusticias y de locura un animal es mejor tratado en no pocos lugares, que una persona discapacitada.
Por eso es necesario que trabajemos para que los discapacitados ocupen el mismo lugar que el resto de las personas, más cuando muchos de ellos aportan más a la sociedad que los supuestos normales: los blogs y las redes sociales en general constituyen medios muy importantes para ayudar en este propósito. Lo invito a hacerlo.
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