“La Asociación Nacional de Ciegos o la ANCI que es como todos la conocemos me rehabilitó y me preparó para la vida de la ceguera.
“Mi nombre es David Valdés Umpierre y tengo 48 años de edad. Hace varios años desempeño la función de vicepresidente de la Asociación en la esfera de la organización y pertenezco a la dirección nacional de la ANCI por eso he podido visitar muchas provincias.
“Me siento útil y considero que nuestra organización ha hecho posible que las personas discapacitadas visuales se integren a la sociedad mediante el trabajo, el estudio y demás esferas porque como asociación abarcamos a toda la provincia y estamos en cada municipio.
“Desde que nací padezco de atrofia óptica, así y todo estudié hasta séptimo grado en la enseñanza regular. Mis padres me ayudaron mucho, incluso mi papá me daba clases.
“A los 18 años empecé a trabajar en los molinos de piedra como pañolero. Vivíamos en ese tiempo en el municipio de Sierra de Cubitas. Allí exigían que estudiara y llegué hasta el noveno grado y años después el 12 grado.
“Desde el 1978 ingresé a la ANCI vivíamnos entonces en la comunidad rural de Altagracia cercana a la ciudad de Camagüey y siempre estaba activo en las labores de la Asociación. Bueno, me dice, tú me conoces y siempre me has visto que soy una persona activa y diligente porque además la esfera organizativa lo exige.
“Este es mi trabajo y por él trato de dar todas mis fuerzas, pero como te decía, gracias a la ANCI las personas se rehabilitan y vuelven a ser útiles, a no encerrarse en su casa.
“Cuando empecé a trabajar en Camagüey, o sea aquí en nuestro local donde reside la dirección provincial, conocí a Teresa, a la que tú entrevistaste ya, nos enamoramos y nos casamos. Hace ya 21 años y en ese tiempo sus dos hijos sólo tenían 6 y 3 años los cuales me consideran como a un padre y yo, como mis hijos.
“Desde el punto de vista médico nosotos recibimos atención oftalmológica en el Hospital Provincial Manuel Ascunce Domenech en la rehabilitación para que podamos utilizar los restos visuales que nos quedan, también cuando hay que realizar intervenciones quirúrgicas y otros tratamientos.
“Me siento bien, útil, realizado como persona y mi discapacidad no es un obstáculo, por eso le digo a las personas con limitaciones físicas que no se dejen atrapar en el olvido y la inmovilidad , porque la vida es muy bella.
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